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Comó Ganar la Carrera de la Fe

Pastor José Román Espinoza.

Octubre 26, 2015.

Empezamos la carrera de la fe, cuando cansados de correr solos en la carrera del mundo de un lugar a otro, sin tener una meta definida, tropezando y cayendo, decidimos obedecer el llamado de Dios a correr la carrera de la fe, cuya meta es Cristo y el premio la vida eterna.
El apóstol Pablo definía la carrera como el transitar con Jesús y en la segunda carta que escribe a Timoteo le dice: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 2Timteo 4:7.


Al igual que cualquier competencia, la carrera de la fe debemos terminarla para poder ganarla. Hechos 20:22-24. Y ahora, he aquí, ligado yo en espíritu voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperaran prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida para mí mismo, con tal de que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. 
Este es un preámbulo de lo que nos espera en la carrera de la fe. Como toda carrera se presentaran obstáculos, luchas y en algún momento sentiremos que se nos acaban las fuerzas. Es en este momento cuando debemos recordar que no vamos solos, a diferencia de otras carreras, la carrera de la fe la corremos juntamente con Jesuscristo y esto es lo que hace la diferencia. Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece, nuestro objetivo es terminar la carrera, y con la certeza de que en Cristo somos más que vencedores, retomaremos de nuevo las fuerzas y continuaremos hasta llegar a la meta.

 

QUE NECESITAMOS PARA GANAR LA CARRERA

 

1. Es necesario un buen entrenamiento cristiano, debemos día a día ejercitar nuestra vida espiritual para evitar ser derrotados por el enemigo, como dice la palabra en 1Timoteo 4:7-8. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. 

 

Para correr un buena carrera debemos tener disciplina, consagración, dedicación, ejercitarnos en las cosas de Dios. Nadie puede alcanzar grandes cosas sino se entrena, lee la palabra, asiste a la iglesia, practica la piedad, disponiendo tu corazón como lo hizo Samuel, quien se ejercitaba y crecía en favor delante de Dios y del pueblo hasta ser llamado por Dios.

1Samuel 3:9-10. Y dijo Eli a Samuel: Ve y acuéstate y si te llamaré dirás: Habla Jehová porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró y llamo como las otras veces ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo habla porque tu siervo oye. Así mismo debemos disponer nuestro corazón para escuchar la voz del Espíritu Santo quien es nuestro entrenador en esta carrera.

 

2. Para avanzar prontamente debemos despojarnos de todo aquello que nos pesa, como es el pecado, los resentimientos, el odio, la ira, el no perdonar, la culpa todo esto contamina nuestra vida y si llevamos esto con nosotros tal vez podamos correr un tramo de la carrera, pero nos cansaremos y este cansancio no nos dejara llegar a la meta.

Hebreos 12:1. Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.

Revisa tu corazón cada día para que puedas despojarte de todo el peso de tu pasado, de todo lo que te contamina. Así cada día podrás avanzar con agilidad y destreza, viendo cada vez más cerca tu objetivo.

 

3. Por último y como detalle muy importante: ten tus ojos puestos en Jesús.

Hebreos 12:2. Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.

Cuando tus ojos solo miran a Jesús y no se distraen con lo que está en el camino, tu carrera será victoriosa y con gozo podrás alcanzar la meta y recibirás la corona de justicia que es promesa de Dios.

 

 

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