Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel. Éxodo 3:7-8.

 

De acuerdo con el propósito de Dios, Israel pasó de ser un pueblo esclavo a un pueblo conquistador. De estar limitados y sin heredad a poseer una tierra donde fluía leche y miel. Israel es figura de la iglesia de Jesucristo, y creo que al igual que Israel, la iglesia ha sido llamada para convertirse en un pueblo que conquiste y posea todo lo que Dios ha contemplado dentro de su plan para nosotros. Gálatas 4: 4-5,7. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

 

Sin embargo, la historia de Israel nos enseña que se requiere una transformación dramática en el pueblo para llegar a ser verdaderos conquistadores. Y hoy quiero señalar algunas cosas que se requieren para convertirnos en conquistadores espirituales:

 

Se requiere libertad

 

Nadie puede llegar a ser un conquistador si permanece en esclavitud. Se requiere ser libres para cumplir su propósito como conquistador.

 

Hay gran cantidad de cristianos con tremendo potencial, con grandes sueños espirituales que miran su propósito frustrado a causa de ataduras personales que no los dejan avanzar.

Aunque una jaula sea de oro, sigue siendo una jaula que aprisiona. Hay ataduras que bien podemos disimular ante los demás y quizás pensemos que no nos afectaran, pero la realidad es que las ataduras siempre tienden a convertirse en cosas peores y si no las enfrentas, buscando verdadera libertad, podrán arruinar tu vida espiritual.

 

La libertad espiritual a veces implica un proceso que inicia al aceptar la verdad de Dios en su palabra y continúa con el compromiso de buscar día a día la libertad en Dios. Pero también la libertad es un estado que recibimos en Cristo, en el que debemos permanecer, sin dar lugar al pecado que nos quiere volver a esclavizar.

Acepta la palabra de Dios y decídete a ser libre en Cristojesus. Así comenzaras una vida de verdadero conquistador.

 

Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres… Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:32-36.