Predicaciones
La mente espiritual
Pastor José Román Espinoza.
Noviembre 18, 2015.
Dios formo al ser humano de tres partes: espíritu, alma y cuerpo. El alma es el ser interior o el “yo personal”, y es aquí, donde descansa el corazón y la mente. Estos dos caminan juntos y son inseparables. Dios dotó la mente con la facultad de pensar, razonar, entender, conocer e imaginar. La mente juega un papel importante en el desarrollo integral de la vida, para esto es necesario que nuestra mente crezca en forma intelectual, natural, pero sobre todo espiritual. Sin embargo, hay un gran des balance, porque el hombre ha desarrollado su mente en forma intelectual y también natural, llegando a entender muchos misterios de la naturaleza. Pero en lo espiritual, la mente del ser humano ha estado oscurecida y lejos de Dios.
Veamos las diferentes condiciones que la Biblia nos muestra acerca de una mente en la cual Dios está ausente.
- Mente reprobada: es aquella mente incapaz de razonar correctamente de acuerdo con lo moral y lo justo delante de Dios, una mente que genera pensamientos corrompidos y que además se complacen con quienes practican todo lo que esta mente reprobada hace. En Romanos 1: 28-31 se mencionan algunas acciones de una mente reprobada. “Estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia”.
- Mente entenebrecida: Es creada por un corazón endurecido y cerrado, totalmente ajeno de la vida de Dios y su palabra, una mente donde sólo reside la vanidad de este siglo. Efesios 4:17-18. Esto, pues digo y requiero en el Señor; que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido.
- Mente carnal: Son aquellas personas cuyos pensamientos sólo se inclinan a las cosas materiales y terrenales. Esta clase de mente se caracteriza por una total ausencia de Dios, no hay cabida a lo espiritual que proviene de Dios, todo es material. Así mismo este tipo de mente está ocupada y entregada a los deseos de la carne, entiéndase aquí todas las acciones hechas con el propósito de complacer las debilidades de la naturaleza pecaminosa como, placeres y deseos impuros. Romanos 8:5. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Sin embargo, una mente espiritual: es aquella donde se tiene a Cristo como centro de nuestro corazón. Mateo 22:37 “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente”.
Es aquella que se enfoca en servir a Dios. Romanos 7:25 “Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios…”
Y sobre todo es aquella mente que se esfuerza por llenarse de Cristo. 1 Corintios 2:16 “Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”.
Procuremos una mente que agrade a Dios, rindiendo nuestra pasada manera de pensar, derribando los viejos pensamientos de incredulidad, dureza e impurezas y dando lugar a la transformación de nuestra mente por la palabra de Dios.
Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…”